Trabajos cachiporrísticos: En el centenario de ‘Títeres de cachiporra’ y ‘El retablo de maese Pedro’
Esta exposición desgrana los detalles e intrahistoria de los trabajos cachiporrísticos de Federico García Lorca, Manuel de Falla y Hermenegildo Lanz, y homenajea a sus tres protagonistas en el año del centenario de aquellas representaciones que cambiaron la historia del teatro de títeres.
El 6 de enero de 1923, día de los Reyes Magos, a las 15:00 horas, tuvo lugar en la casa de la familia García Lorca, en la Acera del Casino 31, en Granada, la representación de Títeres de cachiporra, que protagonizaron Federico García Lorca, Manuel de Falla y Hermenegildo Lanz.
Aunque la representación fue el día de la Epifanía y según el programa de mano era una «fiesta para los niños», no fue meramente un divertimento para la infancia, sino una obra de arte total y consciente por parte de estos tres artistas. Más allá de la reivindicación culta de Don Cristóbal, las nuevas expresiones y proporciones que otorgó Hermenegildo Lanz a las figuras, en sintonía con la selección musical que hizo Manuel de Falla, la variedad temática, el concepto escenográfico, la explosión de color de los decorados, el uso de la iluminación, la mezcla de lenguajes, la combinación de técnicas planas y con volumen, el sentido poético de los textos y del conjunto de la representación; fueron elementos con los que se creó un nuevo teatro de títeres en España. Algo relevante de aquella función fue también su deseo de continuidad, de crear un Teatro de Cachiporra andaluz.
Uno de sus grandes valores es que constituyó el laboratorio escénico de El retablo de maese Pedro. El 25 de junio de 1923 se estrenó en París esta ópera para títeres de Manuel de Falla, inspirada en los capítulos XXV y XXVI de la segunda parte de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Desde entonces esta obra no ha dejado de representarse en el mundo entero, y se considera una obra maestra de la música española en el siglo XX. En el contexto de las vanguardias artísticas, fue la gran aportación de nuestro país a la escena titiritera mundial. Hasta la fecha se conocen unas 180 versiones escénicas en 23 países de 4 continentes.
Esos trabajos cachiporrísticos debían continuarse en septiembre de 1923, con Cuento de brujas y Feria de pueblo. No sabemos por qué lo que preparaban estos tres artistas no llegó a realizarse, pero cierto es que el 13 de septiembre de aquel año Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, dio el golpe de estado que lo mantuvo en el poder hasta 1930.
Aquellos proyectos de 1923 tuvieron grandes repercusiones, por ejemplo, fueron los pioneros en la práctica del teatro de papel en Europa como forma artística; en los dibujos de Federico García Lorca; en la gestación de La Barraca; en otros proyectos de títeres de Hermenegildo Lanz, en el teatro de títeres de Argentina y América Latina, etcétera.
Comisariado: Enrique Lanz y Yanisbel V. Martínez
Diseño e iluminación: Enrique Lanz
Coordinación de exposición: Inma Hernández Baena
Montaje expositivo: Alejandro Gorafe, Domingo Zorrilla Lumbreras, Inma García Baena, Alicia Cegrí, Cristina Colmenero, Enrique Lanz, Yanisbel V. Martínez
Marcos, Manuel García España
Carpintería, Gustavo Adolfo Navarro
Pintura, Javier Rodríguez Castro
Con la colaboración de:
Museo Casa de los Tiros, Granada
Archivo Manuel de Falla, Granada
Archivo Lanz, Granada
Títeres Etcétera, Granada
Fundación Juan March, Biblioteca de Teatro, Madrid
Fundación Federico García Lorca
Istituto per i Beni Marionettistici e il Teatro Popolare, Turín