Federico García Lorca salió del Gobierno Civil camino de Víznar entre el 17 y el 19 de agosto, según las diversas teorías. Lorca, vestido con pijama, llegó a La Colonia (una casona destinada a vacaciones escolares que fue desalojada por los sediciosos, para ser usada como cárcel, a primeros de agosto) a bordo de un vehículo en el que viajaban los banderilleros Juan Arcoyas Cabezas y Francisco Galadí, y un delincuente común apodado El Terrible.
En La Colonia estaban ya presos, a la espera de su inminente fusilamiento, el maestro de Pulianas Dióscoro Galindo y un chico acusado de robo a mano armada.
Según las diferentes reconstrucciones, el vehículo llegó al Palacio del Cuzco de Víznar, donde los facciosos habían montado su cuartel general, y pidió la venia al jefe del sector, el capitán José María Nestares, y luego siguió camino a La Colonia. Allí, en el piso inferior, Federico García Lorca pasó las horas finales de su cautiverio antes de ser fusilado, el 17 de agosto (otros investigadores sostienen que un día o dos después) en un lugar aún no aclarado situado entre los términos municipales de Víznar y Alfacar.