Maestro de Pulianas y, anteriormente, de Íllora y Santiponce, fusilado en agosto de 1936 junto a Federico García Lorca y los banderilleros anarquistas Juan Arcollas Cabezas y Francisco Galadí Melgar. La popularidad alcanzada tras su muerte al lado del poeta, lo ha convertido en símbolo de los maestros republicanos represaliados por el franquismo.
Era un “maestro humanista y solidario” que enseñaba por la noche a escribir a los jornaleros que trabajaban de día. Tras la sublevación militar fue sometido a un expediente de depuración por negar la existencia de Dios en sus clases.
Maestro de la escuela republicana, defendió toda su vida la educación pública y laica. Nació en Ciguñuela, cerca de Valladolid, el 12 de diciembre de 1877. Hijo de Clemente y Marcelina, sus padres consiguieron mandarlo a estudiar a Madrid, ya que nació en una familia acomodada. Una tragedia lo marcó para siempre. Al descender de un tranvía sufrió un accidente que obligó a amputarle una pierna. La capa que llevaba se enganchó en el tren y su pierna izquierda quedó atrapada en los raíles pasándole el último vagón por encima. Tuvo que abandonar la carrera que había empezado, Veterinaria, y regresar a Valladolid donde hizo Magisterio.
Como docente, Dióscoro había sido educado en las ideas de la Institución Libre de Enseñanza y ejerció toda su vida en Andalucía, primero en Sevilla (en Santiponce) y, a partir de 1934, en Granada (en Íllora y después en Pulianas). Según su nieta, Nieves Galindo, era un “maestro humanista y solidario” que enseñaba por la noche a escribir a los jornaleros que trabajaban de día. Tuvo tres hijos y alquiló una casa a las afueras del pueblo pues la asignada por el Ayuntamiento de Pulianas era muy pequeña para albergar a su familia. Por esta causa tuvo algunos enfrentamientos con el secretario municipal. El 16 de febrero de 1936 representó al Frente Popular en la mesa electoral y vigiló para que los caciques no cometieran fraude. Tras la sublevación militar fue sometido a un expediente de depuración por negar la existencia de Dios en sus clases.
El 20 de julio se produjo la sublevación militar en Granada. En agosto registraron su casa sin encontrar nada. Dos días después se lo llevaron a las dos de la madrugada ante la mirada atónita de su hijo, amenazándolo de que si les seguía dispararían. Su familia no volvió a verlo. Al día siguiente el hijo fue a la Comandancia buscando a un amigo. Allí le informaron de que su padre había sido ejecutado. Tenía 58 años.
Días después de su asesinato llegó su expediente de depuración, redactado por la Comisión Depuradora del Magisterio Nacional presidida por José María Pemán. Reunieron testimonios contra él del cura y, aun sabiéndolo muerto, concedieron un plazo de diez días para presentar alegaciones. Quedó suspendido de empleo y sueldo. Los mismos que habían acabado con su vida días antes, pidieron formulariamente por escrito a su familia que desalojara su casa y a él que entregara las llaves y el inventario de la escuela. Dióscoro Galindo pasó sus últimas horas con Federico García Lorca. Salió, según relata Ian Gibson, con él del Gobierno Civil. Fue trasladado a La Colonia, antiguo molino de agua, en Víznar, habilitado como lugar de veraneo para niños granadinos y convertido por los sublevados en cárcel provisional. Fue fusilado en la carretera de Víznar a Alfacar y enterrado en aquel paraje junto a Lorca, los banderilleros Juan Arcollas, Francisco Galadí y, según Molina Fajardo, dos ladrones. Sus restos no se han encontrado, pero sus familiares han solicitado su búsqueda.