Padre de Federico García Lorca, nació en Fuente Vaqueros en 1850. Fue un latifundista de la Vega granadina, persona emprendedora que supo enriquecerse cuando se le presentaron las circunstancias adecuadas, pero que siempre estuvo dispuesto a ayudar a quien lo necesitase, parientes más o menos cercanos, trabajadores o vecinos de su pueblo.
Enrique, el padre de Federico García Rodríguez (y abuelo, por tanto, del poeta), era liberal de ideología y ocupó también el cargo de secretario del Ayuntamiento. Los siete hermanos poseían afición a la música (uno de ellos fue bandurrista profesional) y alguno de ellos, Baldomero, también a la poesía. Su madre, Isabel Rodríguez Mazuecos, era liberal en política y anticlerical, persona muy sociable y comunicativa, querida por toda la familia. El matrimonio compartía la pasión por la literatura.
Federico García Rodríguez sería fundamental en la carrera literaria de García Lorca: durante toda su vida apoyó y financió sus proyectos. Fue quien pagó la edición de los dos primeros libros del poeta.
Federico García Rodríguez se casó en 1880 con Matilde Palacios, de familia acomodada. Trabajó para su suegro y ejerció el cargo de secretario del Ayuntamiento y provisionalmente el de juez municipal. En 1894, con 34 años, quedó viudo, sin hijos, y heredó la casa familiar y una considerable cantidad de dinero. García Rodríguez decidió invertir este dinero en tierras fuera del Soto de Roma, entre ellas Daimuz, en la confluencia del río Genil y Cubillas, que se convertiría en la base de su fortuna. Transformó estas tierras que no valían nada en tierras de regadío, las vendió y ganó una fortuna.
En 1897, a los 37 años, se casó con Vicenta Lorca, con la que tuvo cinco hijos. En 1898 nació su primer hijo, Federico, y después vendría Luis, que muere a los dos años. Le seguirán Francisco (1902), Concha (1903) e Isabel (1909). En 1906 la familia se traslada a Asquerosa (actualmente Valderrubio) donde aun queda una calle que lleva su nombre y que recuerda la donación que hizo de casas para alquilar. Fruto de la herencia de su primera mujer y de litigios por tierras es conocida su enemistad con la familia Roldán.
Cuando sus hijos mayores alcanzaron edad de estudiar el Bachillerato traslada la vivienda familiar a Granada, a la Acera del Darro en 1909 y a la Acera del Casino en 1917. En 1933, los Lorca se trasladarían a Madrid y solo mantuvieron en Granada la Huerta de San Vicente como casa de veraneo.
Federico García Rodríguez sería fundamental en la carrera literaria de García Lorca: durante toda su vida apoyó y financió sus proyectos. Fue quien pagó la edición de los dos primeros libros del poeta, Impresiones y paisajes (1918) y Libro de poemas (1921). Federico García Lorca tuvo, como contrapartida, que matricularse en Filosofía y Letras y en Derecho para complacer a su padre y terminar una carrera. Le permitió estudiar en la Residencia de Estudiantes y en 1929 viajar a Nueva York. Hasta sus éxitos en Argentina (1933) Federico no empezaría a ganar dinero en abundancia.
En el verano de 1936, se encontraba en la Huerta de San Vicente donde acostumbraban a celebrar el santo de Federico, el 18 de julio. Allí les pilló la sublevación militar. Vivieron un episodio violento en la Huerta cuando unos hombres armados vinieron a buscar a su casero pidiéndole información sobre sus hermanos, supuestos asesinos de un vecino de Asquerosa. El mismo día de la detención de Federico en casa de la familia Rosales fue ejecutado en el cementerio su yerno, Manuel Fernández-Montesinos. En el verano de 1940, en el Marqués de Comillas, embarcó con su familia al exilio, a Nueva York. “No quiero volver a ver este jodío país en mi vida”, fue la frase que sus nietos recuerdan haberle oído decir en la cubierta del barco.
Murió en Nueva York, en 1945, y allí descansan sus restos.