Abogado, procurador de tribunales, agricultor. Los investigadores Miguel Caballero y Pilar Góngora le atribuyen un protagonismo cardinal en los acontecimientos que determinaron la huida de Federico García Lorca de la Huerta de San Vicente a la casa del poeta Luis Rosales y su posterior detención y asesinato. Los hermanos Horacio y Miguel Roldán formaban parte, junto con otros individuos procedentes de Pinos Puente y la pedanía de Asquerosa (actual Valderrubio), del grupo de incontrolados que asaltó la Huerta de San Vicente el 9 de agosto con el pretexto de dar con el paradero de los hermanos del casero, Gabriel Perea, acusados de haber asesinado a José y Daniel Linares, cuñados de Enrique García Puertas, El Marranero, alcalde de Pinos Puente tras la sublevación militar. Angelina Cordobilla, la sirvienta de la familia del alcalde socialista de Granada, Manuel Fernández-Montesinos, que sería fusilado el 16 de agosto, fue testigo del asalto y dijo que Federico también fue golpeado por la turba.
Los Roldán, al contrario que los García, eran de ideas conservadoras, despreciaban a los liberales como el padre del poeta, que llegó a ser concejal del Ayuntamiento de Granada, y tenían sus propias aspiraciones políticas. Además, entre los dos apellidos hay una inextricable madeja de desencuentros y odios atávicos.
Las coincidencias temporales y espaciales de las dos familias sugieren una persecución y una enemistad profunda. Horacio estudia bachiller en Málaga y luego Derecho en la Universidad de Granada. Allí coincide con Francisco García Lorca y tiene como profesor a Fernando de los Ríos, valedor de Federico. Los Roldán, al contrario que los García, eran de ideas conservadoras, despreciaban a los liberales como el padre del poeta, que llegó a ser concejal del Ayuntamiento de Granada, y tenían sus propias aspiraciones políticas. Además, entre los dos apellidos hay una inextricable madeja de desencuentros y odios atávicos.
Horacio pertenece a una familia de cinco hermanos. María, la mayor, está casada con Antonio Fernández Sánchez, un capitán de Artillería que se sublevó junto con el comandante José Valdés, el gobernador civil que dirigió la represión en Granada. Miguel, el tercero de los hermanos, acompaña a Horacio en la incursión que hace el 9 de agosto a la Huerta de San Vicente. La cuarta hermana se casó con uno de los hijos de Francisca Alba Sierra, la mujer que inspiró La casa de Bernarda Alba, obra escrita en 1936 pero que no se estrenó hasta 1945 y en Buenos Aires y que avivó aún más la vieja animadversión. Unos días antes del golpe contra la República, Federico anunció en la prensa que había terminado La casa de Bernarda Alba, una obra que versaba, dijo, sobre “la sexualidad andaluza”. La noticia llegó a los herederos de Francisca Alba de Valderrubio.
Los Roldán siguieron en muchos casos la estela del padre de Federico como si un pulso entre rivales se tratara; Alejandro Roldán, el padre de Horacio, intentó, como Federico García Rodríguez, conseguir un acta de concejal en Granada por el Partido Conservador, pero no lo consiguió. Según Caballero y Góngora, a los Roldán les unía una estrecha amistad con Juan Luis Trescastro, el abogado que tras el asesinato de Lorca presumía por las tabernas de haberle dado “dos tiros en el culo por maricón”.
Horacio Roldán murió el 10 de octubre de 1971 en Granada.