Tipógrafo, diputado de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), fundada por José María Gil Robles (con quien coincidió en el colegio de los Salesianos de Salamanca) y activo miembro de las escuadras que sembraron el terror en Granada tras la sublevación de julio de 1936. Está implicado directamente en la detención de Federico García Lorca y es uno de los redactores de la denuncia que precipitó su asesinato. En 1975, al final de la dictadura franquista y cuando prevé la llegada de la democracia, huye a casa de María Julia, una de sus cuatro hijas, a Estados Unidos, donde muere tres años más tarde. Sus cenizas retornaron a Madrid en 1982.
El nombre de Ruiz Alonso está ligado al asesinato de García Lorca de manera indubitable. En el otoño de 1933 empieza a trabajar como linotipista en el diario Ideal, de la Editorial Católica, tras su paso por el rotativo madrileño El Debate. En 1931 es de los primeros afiliados de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), un grupo nacionalista, fundado por Ramiro Ledesma Ramos y Onésimo Redondo, contrario a los partidos políticos que aspiraba a articular el Estado en torno a un sindicato único. Fue la versión española del fascismo. Propugnaba la violencia sistemática y, de hecho, sus milicias contribuyeron a sembrar el clima de inseguridad durante la Segunda República.
Activo miembro de las escuadras que sembraron el terror en Granada tras la sublevación de julio de 1936. Está implicado directamente en la detención de Federico García Lorca y es uno de los redactores de la denuncia que precipitó su asesinato. También se le conocía como el “ayudante del verdugo” pues gustaba de asistir a las ejecuciones de los condenados a muerte.
Ya en Granada, en 1933, es incluido en la candidatura que encabezaba el doctor José Pareja Yébenes y logra un escaño en las Cortes por el partido Acción Obrera incorporado a la CEDA. Fiel a esos principios nacionalsindicalistas, Ruiz Alonso acude a los actos de la campaña electoral disfrazado de trabajador con un mono azul y boina por lo que mereció el apodo del “obrero amaestrado”. En Granada, según Ian Gibson, también se le conocía como el “ayudante del verdugo” pues gustaba de asistir a las ejecuciones de los condenados a muerte. En 1934 agredió de un puñetazo en las Cortes al diputado socialista radical Félix Gordón Ordás.
En las generales de 1936 revalida el escaño, pero, ante la evidencia de fraude, las elecciones tuvieron que repetirse y no salió elegido. En febrero, durante la campaña electoral, en un mitin en Fuente Vaqueros, arremete contra “Fernando de los Líos” y contra García Lorca, su protegido, el poeta “de la cabeza gorda”. Existe una imagen de Ruiz Alonso con el mono en Víznar.
Durante 1936, al quedarse sin escaño, se centra en la acción política directa y cultiva la amistad con otro de los implicados en el asesinato del poeta, Juan Luis Trescastro. Ambos hicieron juntos la campaña electoral de 1931 y en 1934 Trescastro fue padrino de la segunda hija de Ruiz Alonso, Elisa Ruiz Penella, conocida luego en el mundo del teatro con el nombre artístico de Elisa Montés, en memoria de su abuelo, Manuel Penella Moreno, autor de la zarzuela El gato montés. Otras dos de sus hermanas, Enma Penella y Terele Pávez, también prefirieron emprender su carrera sin el apellido del padre.
A finales de 1939, ante el escándalo internacional por el asesinato de Lorca, Ruiz Alonso se va de Granada y es condenado por los suyos al ostracismo. Vive medio escondido en Madrid hasta su huida a Estados Unidos en 1975.
Ruiz Alonso es uno de los redactores de la denuncia contra García Lorca. La tarde del 16 de agosto se presenta en la casa de la familia del poeta Luis Rosales, donde Lorca se había refugiado, y procede a su detención. La orden contaba con la autorización del gobernador José Valdés. Ruiz Alonso se lo lleva detenido en el coche de Trescastro al Gobierno Civil. Durante el tiempo que permanece en las dependencias gubernativas, tienen varios amagos de enfrentamiento con Luis y José Rosales, que habían acudido a pedir explicaciones. Ruiz Alonso acusa al poeta de estar al servicio de Rusia y de hacer más daño con su pluma que otros con la pistola.
A finales de 1939, ante el escándalo internacional por el asesinato del poeta, Ruiz Alonso se va de Granada y es condenado por los suyos al ostracismo. Vive medio escondido en Madrid hasta su huida a Estados Unidos en 1975 ante el temor de que la instauración de la democracia pudiera traerle problemas.
Tras su fallecimiento en 1978, sus cenizas son inhumadas en Madrid en 1982. En la tumba se lee “Familia Ruiz Penella” y en ella solamente se ha inscrito el nombre de Magdalena Penella Silva, la esposa de Ramón Ruiz Alonso, que había muerto en Madrid el 23 de julio de 1974.