Intelectual español, amigo de Federico García Lorca y compañero de la Residencia de Estudiantes. Nació en 1904 en Huesca (Aragón). Ha sido descrito por Enrique Vila-Matas como uno de los grandes artistas sin obra. Como se desprende de las cartas y de las descripciones que sus coetáneos hicieron de él, fue un personaje singular, con gran sentido del humor e inventiva, totalmente integrado en el ambiente vanguardista de juego y humor que impregnaba la Residencia. Su padre fue un importante y próspero ingeniero amigo de personajes como Joaquín Costa, Ramón y Cajal o Giner de los Ríos. Ingresó en la Residencia de Estudiantes muy joven, a los once años. Empezó a estudiar Medicina pero no acabó la carrera. Desempeñó algunos cargos oficiales en 1927, en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, y durante la II República.
Federico y él se conocieron en la primera visita que hizo el poeta a la Residencia. Congeniaron desde el principio y llegaron a compartir durante algunos meses habitación. Buñuel, Lorca, Dalí y Bello fueron en los primeros tiempos un grupo destacado de la Residencia. Participó en los numerosos juegos vanguardistas con los que los residentes se divertían: los anaglifos, los putrefactos, la Noble Orden de Toledo (fundada por Buñuel), los carnuzos… En los poemas que García Lorca escribió en la Residencia, entre 1921 y 1924, hay varios dedicados a sus compañeros, entre ellos a Pepín Bello, como el titulado Tardecilla del Jueves Santo. 1924, protagonizado por él: “Cielo de Claudio Lorena. / El niño triste que nos mira / y la luna sobre la Residencia. / Pepín, ¿por qué no te gusta / la cerveza?”.
Se han conservado algunas de las tarjetas o cartas que Federico le dirigió. En ellas se puede percibir la camaradería, el tono humorístico con el que se trataban y la amistad que los unía.
En 1927, cuando Lorca viajó desde Madrid a Sevilla para participar en el famoso homenaje a Góngora, se reencontró con su amigo José Bello que estaba viviendo en Sevilla. Pepín participó en la organización (junto a Sánchez Mejías) de los actos del homenaje y en la velada que tuvo lugar en la finca del torero en Pino Montano. Las fotos del evento son del propio Bello, incluida la que inmortalizó al grupo como Generación del 27. Cuando Federico se marchó a Nueva York fue uno de los que fueron a despedirlo a la estación del Norte donde cogió un tren a París junto a Fernando de los Ríos.
Bello se presentó sin éxito como candidato a diputado constituyente por Sevilla por el Partido Federalista, y en 1931 asistió, junto con Lorca y Sánchez Mejías, al primer acto público en apoyo de la República, presidido por Antonio Machado, Gregorio Marañón, Pérez de Ayala y Ortega y Gasset, celebrado en el Teatro Juan Bravo de Segovia.
El 14 de abril de 1935 se volverán a encontrar Lorca y él en Sevilla. Federico había sido invitado a pasar la Semana Santa en la ciudad por el poeta Joaquín Romero Murube. Con ellos estuvo también Jorge Guillén, quien después recordará especialmente la lectura que Federico hizo del Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. La última foto que los reúne es de 1936, en un homenaje al pintor Hernando Viñes en la Hostería Cervantes de Madrid, cerca del Círculo de Bellas Artes.
Durante la Guerra Civil José Bello vivió en Madrid y al acabar trabajó como consejero de la Hidroeléctrica de Huesca. Después tuvo algunos negocios, una fábrica de peletería y un motocine, que fracasaron. Le concedieron la Medalla de Oro al mérito en Bellas Artes en 2004. Murió a los 103 años, en enero de 2008, casi sin obra literaria alguna, según él mismo confiesa en sus entrevistas, salvo algunos cuentos y artículos y dos obritas de teatro de vanguardia, escrita una en colaboración con Luis Buñuel, Hamlet, y otra con Rafael Alberti, El pobre. Su mejor obra fueron las amistades que cultivó y la inspiración que supuso para todos ellos.