Manolo Caracol, nombre artístico de Manuel Ortega Juárez, nació en Sevilla en 1909 en una añeja dinastía a la que pertenecieron decenas de cantaores y toreros de renombre. Era tataranieto de El Planeta; biznieto de Enrique El Gordo Viejo y Curro Durse; nieto de El Águila; sobrino nieto de Paquiro y pariente más o menos cercano de un largo etcétera de creadores, incluido su padre (Manuel Fernández, Caracol el del Bulto), lo que le permitió formarse en un ambiente propicio para su vocación. Empezó muy joven. De hecho, su primer triunfo se remonta a 1922, cuando tenía 11 años, en el Concurso de Cante Jondo de la Plaza de los Aljibes organizado por Manuel de Falla, Ignacio Zuloaga y Federico García Lorca, entre otros, cuando contaba doce años.
Nació en el Corral de los Frailes, en la sevillana Alameda de Hércules, y antes de triunfar en el concurso de 1922 recorrió las tabernas del barrio y cimentó una fama sólida y prometedora. En Granada obtuvo el primer premio compartido (mil pesetas) con Diego Bermúdez, El Tenazas, un cantaor de 68 años natural de Morón. Caracol fascinó por su cante y su juventud al jurado y a los espectadores.
Galerín, crítico de El Liberal de Sevilla, escribió tras su actuación: “Sube al tablado un chico de once años hijo del que fue mozo de espadas, Caracol. Lo acompaña uno de los mejores tocaores de guitarra de España, el Niño de Huelva. Caracolito optaba al premio de siguiriyas y cuando el guitarrista se hizo ovacionar en unas preciosas falsetas, se arrancó el chaval, muy flamenco, muy cañí, pero no pudiendo con cosa tan grande, con esta copla: `Corre y dile a mi mare / que no llore más, / sino que vaya a la audiencia de Cai / por mi libertad´. Se aplaudió mucho al chico, pero como el nene iba preparado, se adelantó al tablado con dos saetas (modernas) formidables, que arrancaron una tempestad de aplausos”.
Su primer triunfo como cantaor se remonta a 1922, cuando tenía 11 años, en el Concurso de Cante Jondo de la Plaza de los Aljibes organizado por Manuel de Falla, Ignacio Zuloaga y Federico García Lorca, entre otros, cuando contaba doce años.
Melchor Fernández Almagro, gran amigo de Federico García Lorca, que acudió a la cita flamenca, escribió tras consignar la actuación de Caracol: “Triunfo para él y para el estupendo tocaor que apodan Niño de Huelva. La fuerza patética de esa suprema manifestación de la pena humana nos traspasa el espíritu”.
El éxito de Granada lo aupó a las compañías de espectáculos y le abrió las puertas del Teatro Reina Victoria de Sevilla y del Teatro Centro de Madrid. En 1925 participó en otro concurso de cante junto a La Niña de los Peines, Pepe Marchena y El Cojo de Málaga. En 1930 se casó y grabó su primer disco. A partir de ahí, y hasta el fin de la Guerra Civil, actuó en fiestas privadas.
Tras la contienda formó parte de del espectáculo Cuatro faraones, en unión de El Sevillano, Juanito Valderrama y Pepe Pinto. Por fin, en 1943, inició una de sus colaboraciones de más éxito: con Lola Flores monta Zambra, un espectáculo basado en música de Quintero, León y Quiroga que mantuvieron en cartel hasta 1951.
Tras el fin de su relación artística con Lola Flores se embarcó en una gira artística por América con la bailarina y coreógrafa Pilar López Júlvez, hermana de La Argentinita. En 1963 fundó el tablao de Los Canasteros en Madrid, al que se dedicaría por entero el resto de su vida y por donde pasarían los artistas flamencos más renombrados.
En 1972 publicó su último disco y un año después, el 24 de febrero de 1973, falleció a causa de un accidente de circulación cuando se dirigía desde su casa de Madrid a Los Canasteros. El automóvil, conducido por su chófer, chocó con un poste a causa de un fuerte golpe de viento. Su desaparición provocó una gran conmoción y se sucedieron los actos de reconocimiento y homenaje.