“Granada era tu lecho de muerte, doña Juana / los cipreses, tus cirios; la sierra, tu retablo. / Un retablo de nieve que mitigue tus ansias, / ¡con el agua que pasa junto a ti! La del Darro! / Granada era tu lecho de muerte, doña Juana, / la de las torres viejas y el jardín callado, / la de la yedra muerta sobre los muros rojos, / la de la niebla azul y el arrayán romántico”