…Hablan las aguas y lloran
bajo las adelfas blancas;
bajo las adelfas rosas,
lloran las aguas y cantan,
por el arrayán en flor,
sobre las aguas opacas.
¡Locura de canto y llanto,
de las almas, de las lágrimas!
Entre las cuatro paredes,
Penan, las llamas, las aguas;
las almas hablan y lloran,
las lágrimas olvidadas;
las aguas cantan y lloran,
las emparedadas almas.
…¡Por allí la están matando!
¡Por allí se la llevaban!
—Desnuda se la veía.—
¡Corred, corred, que se escapan!
—Y el alma quiere salirse,
mudarse en mano de agua,
acudir a todas partes
con palabra desatada,
hacerse lágrima en pena,
en las aguas, con las almas…—
¡Las escaleras arriba!
¡No, la escalera bajaban!
—¡Qué espantosa confusión
de almas, de aguas, de lágrimas;
qué amontonamiento pálido
de fugas enajenadas!