.
Junio de 1922: Una cruzada del cante
En junio de 1922 el compositor Manuel de Falla, afincado en Granada desde dos años antes, puso en pie con ayuda de sus amigos granadinos una cruzada musical y vanguardista: rescatar el cante primitivo andaluz o cante jondo que estaba a punto de desaparecer en la memoria de los viejos cantaores y asediado por las derivaciones espurias y pegadizas de los cafés cantantes. El 13 y el 14 de junio de 1922 se celebró en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra un certamen abierto solo a aficionados y con 8.500 pesetas en premios que, en la imaginación candorosa de Falla, debía salvar aquella música cuyo origen se remontaba al comienzo de los tiempos. Junto a él, un grupo de animosos colaboradores entre los que se encontraban Ignacio Zuloaga, Miguel Cerón, Manuel Ángeles Ortiz y Federico García Lorca, que aportó sus conferencias, el Poema del cante jondo y una sensibilidad lírica que caló su poesía y su teatro.
El 13 y el 14 de junio de 1922 se celebró en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra un certamen abierto solo a aficionados y con 8.500 pesetas en premios.
Todos asumieron los términos de aquella batalla urgente que tuvo la virtud de elevar el cante jondo y, en general, de toda la música popular, a categoría cultural indiscutible, alejado de los tópicos y los jipíos tabernarios. Los debates y controversias que generó aún siguen abiertos, prueba palmaria de la vitalidad y acierto de la iniciativa.
El concurso estuvo lleno de aciertos y errores, hallazgos y malentendidos que hoy forman parte de una historia legendaria que se puede contar de muchas formas. Esta, la nuestra, es una de ellas.