La primera obra dramática de García Lorca se estrenó en el Teatro Eslava de Madrid el 22 de marzo de 1920 y sólo resistió cuatro representaciones (o dos según otras fuentes) debido al rechazo vehemente del público que la pateó a gusto. A la salida del teatro, según José Mora Guarnido, hubo incluso intercambios de golpes entre los detractores y los amigos que Federico había reclutado entre los rinconcillistas que vivían en Madrid y los compañeros de la Residencia de Estudiantes. La pieza formaba parte de la programación del Teatro del Arte impulsada en el Eslava por Gregorio Martínez Sierra y su mujer María de la O Lejárraga.
La comedia, un empeño del dramaturgo Martínez Sierra, fue representada por la actriz Catalina Bárcena, en el papel de Curianito El Nene, mientras que la Mariposa la interpretó una joven Encarnación López Júlvez, La Argentinita, con la que Federico tuvo una estrecha relación personal y artística hasta su muerte en 1936. Los decorados fueron confiados al escenógrafo uruguayo Rafael Pérez Barradas. Sin embargo, Gregorio Martínez Sierra los juzgó demasiados atrevidos y los encargó al director de cine y teatro Fernando Mignoni Monticelli. Barradas, no obstante, diseñó el vestuario. La música elegida fueron piezas incidentales del compositor noruego Edward Grieg instrumentalizadas por José Luis Lloret.
La comedia, acabada por Lorca aprisa por los requerimientos de Martínez Sierra, fue titulada inicialmente por el dramaturgo Comedia ínfima y luego La estrella del prado, nombres que Martínez Sierra rechazó. Según relata Mora Guarnido, fue el propio productor quien, ante las dudas de Lorca y la cercanía del estreno, le puso por su cuenta el título definitivo.
La pieza, quizá porque el original que se conserva está incompleto, fue excluida de las primeras Obras Completas y luego añadida, pero no en el volumen de obra dramática sino en otro complementario de Obra divulgada. En 2020 apareció en la editorial Debolsillo una nueva edición preparada por Víctor Fernández