Residencia del compositor Manuel de Falla entre 1922 y 1939 y lugar de visita frecuente de Lorca. Fue convertida en museo de 1962.
El Carmen de la Antequeruela, en el recinto de la Alhambra, la modesta casa elegida por Manuel de Falla para residir en Granada tras varias tentativas que no cuajaron de encontrar un aposento estable, se convirtió en uno de los centros secretos de la vida cultural europea en los años 20 y 30 del siglo pasado y en el lugar de atracción del grupo de animosos jóvenes granadinos vinculados con la tertulia de El Rinconcillo y más tarde del Ateneo.
La adecuación de la casa como museo trató de conservar el ambiente en que vivió el músico con una meticulosidad inaudita, respetando incluso las humedades y el desorden de los cajones: debía dar la impresión al visitante de que el maestro había salido y volvería en un rato.
El compositor residió casi permanentemente en ella entre 1922 y 1939. En 1962 fue convertida en Casa Museo siguiendo las descripciones y los dibujos hechos por Hermenegildo Lanz poco después de la partida del músico a Argentina. Lanz hizo los dibujos con la esperanza de que cuando Falla regresara de Buenos Aires (falleció en 1946) recuperara el sosiego doméstico de su carmen tal como lo había dejado.
La adecuación de la casa como museo trató de mantener el ambiente en que vivió el músico con una meticulosidad inaudita, respetando incluso las humedades y los rosetones de las paredes o el desorden de los cajones donde Falla acumulaba sus medicamentos. El biógrafo de Falla, Manuel Orozco, fiel a este peculiar hiperrealismo, dijo que la casa debía dar la impresión al visitante de que el maestro había salido y volvería en un rato.
En el Carmen de la Antequeruela se compusieron piezas como El retablo de Maese Pedro (1922), Psyché (1925), los homenajes a Arbós y Dukas (1933 y 1935) o el Concerto para clave (1925), de una audacia que tanto años después sigue sorprendiendo a los espectadores. Y por supuesto Atlántida, esa larga tentativa inconclusa que ocupó las últimas décadas de vida del compositor en España y Argentina.
Desde que Falla y su hermana María del Carmen se mudaron desde la calle Real de la Alhambra a la Antequeruela, en 1922, el carmen fue un lugar de encuentro preferente con Federico García Lorca, su hermano Francisco y algunos miembros escogidos de la tertulia de El Rinconcillo, a donde alguna vez acudió el maestro.
Lorca fue uno de los asiduos visitantes. Tocó su piano en numerosas ocasiones y allí ideó con Falla la función de títeres del día de Reyes Magos de 1923 en la casa familiar de los Lorca en Acera del Casino, 31.
Allí nació también el Concurso de Cante Jondo de 1923 y Lorca, de la mano de Falla, conoció el “cante primitivo andaluz” que inspiró el Poema del Cante Jondo, escrito en 1921 en paralelo a la organización del certamen, pero que no se publicó hasta 1931. El 12 de febrero de 1922 Lorca leyó por primera vez su conferencia sobre El cante jondo. Primitivo cante andaluz en el Centro Artístico.
La aparición de Falla en Granada hacia 1920 concitó un entusiasmo general en los círculos culturales y uno muy particular en Federico que, enterado de la presencia del maestro en la Calle Real de la Alhambra, acudió en compañía de Ángel Barrios y le espetó: “Queremos ser sus amigos”. Las visitas ya fueron continuas.
Isabel García Lorca recuerda que la primera vez que Federico les habló de Falla fue en la casa de Acera del Darro. “Nos dijo que todavía se encontraban en Granada un poco perdidos y solos. Así que allá nos encaminamos [a la primera casa granadina de Falla] mi madre, Concha, Federico y yo. La casa era triste y sombría, pero sus habitantes nos parecieron todo lo contrario, a ellos se les veía felices”.
En la Nochevieja de 1921 Lorca preparó una sorpresa a Falla como bienvenida al año nuevo. El escritor reclutó a un grupo de músicos de la banda municipal de Granada y se plantó en la puerta del carmen. En una carta al musicólogo Adolfo Salazar escrita el uno de enero de 1922 el propio Federico reconstruye aquella insólita serenata: “Instrumenté yo la Canción del fuego fatuo para trombón, clarinete, tuba y cornetín. Te aseguro que era una cosa endiablada…. y ¡maravillosa! Cuatro músicos de la banda municipal se encargaron de tocarla, y dimos una deliciosa sorpresa a Manolo y María del Carmen. Les dio tanta risa que no se podían levantar para abrirnos, pero ahora viene lo gracioso. Falla dijo que aquella instrumentación era genial y que ni el gran don Igor [Stravinski] la soñaba siquiera, y, dando grandes voces, metió a los desarrapados músicos en la habitación y les hizo repetir cuatro veces el divertido estrépito ¡acompañándolos al piano!”
El ritual de las visitas de los Lorca al carmen era tan estricto como sobrio. Francisco García Lorca recuerda aquellas reuniones dominicales en las que María del Carmen Falla, tras servir el té, “siempre frugal”, el músico gaditano se sentaba sin decir palabras frente al piano e improvisaba. “Sobre el instrumento estaban enmarcados en un junquillo negro los figurines de Picasso para El sombrero de tres picos”.
Uno de los pocos malentendidos entre Lorca y Falla fue a raíz de la publicación en la Revista de Occidente en 1928 de la primera parte de la Oda al Santísimo Sacramento del Altar, que iba a formar parte de un inacabado libro de odas y que dedicó al músico gaditano. En febrero de 1929, Falla le escribió una carta en el que manifestaba su malestar: “A usted que tan bien me conoce, no necesito decirle cuáles son las diferencias que nos separan ante el tema de su Oda. De ser tratado por mí lo haría con el espíritu puesto de rodillas, y aspirando a que toda la humanidad se divinizara por la virtud del Sacramento […]”.
Hermenegildo Lanz escribió una pormenorizada crónica dedicada a sus hijos del último día de Falla en el carmen antes de partir hacia Barcelona, en septiembre de 1939, camino de Argentina. Además de Lanz fueron testigos del adiós -que Falla sabía definitivo- su hermana María del Carmen, que marchó con él; su hermano Germán Falla y su esposa, y la hija de ambos Maribel Falla, y varios amigos vecinos: “Adiós hasta la Eternidad, en el fondo del mar tal vez”, dijo Falla.
El Retablo de maese pedro de Falla se estrenó en 1927 en el Coliseo Olimpia de la Gran Vía, una sala ya desaparecida que ocupa hoy el llamado Edificio Olimpia. La sala abandonó momentáneamente su papel de cine de moda dedicado a la proyección de películas mudas y acogió el estreno en la ciudad de la obra inspirada en El Quijote.
Falla, según García Lorca: “Falla es un santo… Un místico… Yo no venero a nadie como a Falla… Allá en su carmen de Granada, vive trabajando constantemente con una sed de perfección que admira y aterra al mismo tiempo. Desdeñoso del dinero y de la gloria… Con el único afán de ser cada día más bueno y de dejar una obra. Otro, con lo que él ha hecho, descansaría… El maestro Falla no. (…). Porque para Falla no cuenta esta vida sino la otra. Su fe es de tan magnitud, que rechaza el milagro y protesta ante él”.
(Entrevistas con Pablo Suero fechadas en 1933 y publicadas en Noticias gráficas de Buenos Aires, 11 y 15 de octubre de 1933)
“Y vuelve el maestro a su celda. /Atrasa su reloj dos horas y así la mañana laboriosa es infinita, / y la tarde sesteante y charladora, / y la noche de errantes estrellas / no tiene nunca prisa. / La música tampoco. / Lejanos grillos cantan, cantan. / Y Manuel de Falla crea en sueños”.
(Gerardo Diego)“Sólo en el silencio y en la paz, sólo un artista en esta casita, puede hacerse la ilusión de que lo mismo vive él en un tiempo que en otro, lo mismo hoy, en el siglo XX, que en el XII”.
(Azorín)“Se fue a Granada por silencio y tiempo, y Granada le sobredió armonía y eternidad”.
(Juan Ramón Jiménez)- Ian Gibson. Federico García Lorca. Biografía. Grijalbo. Barcelona, 1988.
- Isabel García Lorca. Recuerdos míos. Tusquets. Barcelona, 2002.
- Francisco García Lorca. Federico y su mundo. Alianza Tres, Madrid, 1990.
- Federico García Lorca. Obras completas, IV. RBA-Instituto Cervantes. Barcelona, 2006.
- Andrés Soria Olmedo. Treinta y una entrevistas a Federico García Lorca. Entornográfico Ediciones. Granada, 2017.
- Lugar Lorquiano
- Carmen de la Antequeruela
- Lugar actual
- Casa-Museo Manuel de Falla
- Dirección
- Antequeruela Alta, 11
- Web
- http://www.manueldefalla.org/casamuseo.php
- Teléfono
- 958 222 188
- casamuseomanueldefalla@granada.org
- Datos de la Visita
Por favor, consulte la web del museo para horarios y días de apertura.