Fuente Grande o Aynadamar es un manantial situado en la parte alta de Alfacar. junto al parque García Lorca, donde fue asesinado el poeta.
Fuente Grande, la Fuente de las Lágrimas o Aynadamar, según la terminología árabe, es un manantial situado en la parte alta de Alfacar (Granada) a unos dos centenares de metros del Parque García Lorca, donde se halla el olivo donde se localizó erróneamente en 1979 el enterramiento del poeta por una comisión de expertos convocada por la Diputación de Granada.
El agua del manantial aflora mediante pequeñas burbujas que recuerdan a las lágrimas, y la fuente tiene forma lenticular, de gota o incluso de ojo, lo que refuerza la asociación con el llanto.
La presencia constante del agua en la poesía de Lorca, desde sus poemas juveniles incluidos en Libro de poemas hasta los póstumos de Diván del Tamarit, pasando por las canciones de las lavanderas de Yerma, inspiradas en las que cantaban las mujeres de Valderrubio en las fuentes de la Teja y de la Carrura, amplifican aún más las implicaciones metafóricas entre los lugares de infancia y el de muerte.
La fuente de Aynadamar, además de por la cercanía al lugar de las ejecuciones durante la Guerra Civil y la posguerra, está simbólicamente ligada a aquellos meses dramáticos de represión por motivos morfológicos. El agua del manantial aflora mediante pequeñas burbujas que recuerdan a las lágrimas, y la fuente tiene forma lenticular, de gota o incluso de ojo, lo que refuerza la asociación con el llanto.
Dámaso Alonso, en 1940, tras viajar a Granada para enterarse directamente de las circunstancias de la muerte de su amigo, escribió un célebre poema titulado La Fuente Grande o de las Lágrimas (Entre Alfacar y Víznar) que ligó definitivamente el vínculo alegórico entre el manantial y el fusilamiento de Lorca y de cientos de personas de ideología izquierdista que fueron ejecutados sin juicio en una franja de varios kilómetros entre Aynadamar y la población de Víznar.
Desde un punto de vista terminológico, la palabra Aynadamar viene del árabe (ayn ad-damaʿa) y está compuesta por dos palabras, ʿayn (‘ojo’ y, por extensión, ‘fuente’ o ‘manantial’) y damaʿa (lágrimas), es decir Ain Addamai. El agua que aflora de la tierra emana de una turgencia de aguas subterráneas que proceden del llamado acuífero de las sierras de El Padul y La Peza, que abarca una enorme extensión, desde el Parque Natural de la Sierra de Huétor y Alfacar hacia Cogollos Vega, Güéjar Sierra y Valle de Lecrín.
La acequia original que encauzó el agua del manantial se remonta a la época árabe zirí anterior al siglo XI aunque posteriormente la infraestructura hidráulica fue renovada por los andalusíes hacia el año 1013. El trazado, que todavía se utiliza, está construido con muros de argamasa y el caudal, hasta hace relativamente poco tiempo, llegaba hasta el Albaicín, en concreto, hasta la Plaza Larga desde donde el líquido, en épocas más remotas, se elevaba mediante un sifón hasta la Alcazaba Cadima. Hoy el trazado solo llega hasta la pedanía de El Fargue.
Entre Fuente Granada y Víznar la conducción está descubierta y recorre todo el paraje donde se concentraron los terribles sucesos tras la sublevación militar de julio de 1936 y a la posterior represión nacionalista. Partes de la acequia conservan la obra original.
La Fuente de las Lágrimas es el lugar de referencia donde confluyeron los primeros investigadores que acudieron a Granada para esclarecer las circunstancias sobre el asesinato del poeta.
Uno de ellos fue Agustín Penón, que llegó a Granada en 1955 y permaneció allí hasta el año siguiente en que marchó a Madrid y Luego a Nueva York donde mantuvo una fluida correspondencia con Emilia Llanos, la amiga de Federico que le facilitó algunos de los contactos con supuestos testigos de la detención y asesinato del poeta. En 1955 Penón se alojó en un hotel de Fuente Grande, hoy inexistente, para eludir la “tremenda presión que sufro en Granada con decenas de personas que me encuentran en la calle y se paran un rato a recriminarme por no verlos más a menudo”, un acoso que da idea de la popularidad de Penón durante los meses que permaneció en Granada para recoger documentación sobre un libro que no llegó a concluir.
El manuscrito y la copiosa documentación viajaron con él a Nueva York cuando abandonó España y permanecieron en el interior de una valija, la “maleta de Penón”, hasta que fue entregada, tras su muerte, a su amigo el director teatral William Layton. Al fallecimiento de Layton, la maleta con los documentos fue a parar a manos de una amiga de ambos, Marta Osorio (pseudónimo con el que firmaba sus cuentos infantiles a partir de los años sesenta en Madrid), que los retuvo hasta que consintió entregarlos a Ian Gibson que por entonces prepara su biografía sobre Lorca.
Gibson aprovechó para sí el material de Penón y publico un libro breve, en comparación al material prestado, con las pesquisas. Sin embargo, no fue hasta 2000 cuando la propia Marta Osorio publicó Miedo, olvido y fantasía, Crónica de la investigación de Agustín Penón sobre Federico García Lorca (1955-1956).
La Fuente de las Lágrimas y su entorno han sido señaladas por diferentes investigadores como lugar del probable enterramiento de García Lorca, aunque no se han obtenido pruebas fidedignas. El propio Penón señala varias posibles fosas en los alrededores, aunque lamenta los cambios habidos en el terreno que dificultaban, en 1955, su ubicación precisa.
Molina Fajardo sugiere la teoría de que Lorca esté enterrado debajo de una iglesia de planta posconciliar y moderna situada junto a la fuente. “Cuando mataron a Federico y fue enterrado en este lugar”, escribe Penón, “ninguna de las casas que hay ahora alrededor de Fuente Grande existían. Era todo campo, monte bajo plantado de olivos que rodeaban el manantial donde el agua brota burbujeante constantemente; los árabes la llamaron Aynadamar (fuente de las lágrimas), a su orilla crece un árbol gigantesco, de los que aquí se llaman plátanos, que esparce una reconfortante sombra (…). Si Federico está enterrado en la fosa (…) el valor profético de uno de sus poemas es impresionante dado que hay solo una veintena de metros hasta la acequia de Aynadamar por donde corre el agua: «Mi corazón reposa junto a la fuente fría / (llénalo con tus hilos / araña del olvido…)”. Sueño, mayo de 1919. Libro de poemas, 1921).
Ay, fuente de las lágrimas,
ay, campos de Alfacar, tierras de Víznar.
El viento de la noche,
¿por qué os lleva la arena, y no la sangre?
¿por qué entrecorta el agua cual mi llanto?
No le digáis al alba vuestro luto,
no le quebréis al día su esperanza
de nardo y verde sombra;
pero en la noche aguda,
sesgada por el dalle de los vientos
que no olvidan, llorad, llorad conmigo.
Llora, tú, fuente grande,
ay, fuente de las lágrimas.
Y sed ya para siempre mar salobre,
oh campos de Alfacar, tierras de Víznar.
- Miguel Caballero y Pilar Góngora. La verdad sobre el asesinato de García Lorca. Ibersaf. 2007.
- Agustín Penón. Miedo, olvido y fantasía. Edición de Marta Osorio. Comares. Granada, 2000.
- Ian Gibson. De Nueva York a Fuente Grande. Grijalbo. Barcelona, 1987.
- Eduardo Molina Fajardo. Los últimos días de García Lorca. Plaza y Janés. Barcelona, 1983.
- Lugar Lorquiano
- Fuente de Aynadamar
- Lugar actual
- Fuente Grande de Alfacar
- Dirección
- Avenida de la Alfaguara
- Datos de la Visita
Espacio público de libre acceso.
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