El Gobierno Civil, donde Lorca permaneció detenido el 16 de agosto de 1936, ocupaba un ala de la actual Facultad de Derecho, en la calle Duquesa. Fue cedido a la Universidad de Granada y luego derribado y sustituido en 1944.
El antiguo Gobierno Civil de Granada, a donde fue conducido Federico García Lorca la tarde del 16 de agosto de 1936, tras su detención en la casa de la familia Rosales Vallecillos, tenía entrada por la calle Duquesa y ocupaba una parte de la actual Facultad de Derecho.
El edificio, en muy mal estado ya en los tiempos de la República, fue cedido en 1944 a la Universidad de Granada que lo derribó y edificó de nuevo para albergar, ya en 1955, las facultades de Ciencias, Derecho y Filosofía y Letras.
Federico García Lorca fue confinado en un cuarto de reducidas dimensiones ya derruido que contenía una mesa cuadrada, un sillón y un par de sillas.
El Gobierno Civil se trasladó a su actual emplazamiento en el Palacio Müller de Gran Vía. El Gobierno Civil estaba entonces situado a pocos centenares de metros de la casa de los Rosales donde Federico vivió refugiado una semana y donde fue detenido y trasladado en coche por un grupo de facciosos comandados por el exdiputado de la CEDA Ramón Ruiz Alonso.
Tras el triunfo de la sublevación del 18 de julio y la rendición del gobernador civil republicano, César Torres Martínez, ocupó su cargo el comandante José Valdés Guzmán (1891-1939) quien, hasta su cese en abril de 1937, diseñó una feroz represión contra los simpatizantes de izquierdas que se cobró miles de muertos, principalmente fusilados en las tapias del cementerio de Granada y en Víznar, una pequeña población situada en dirección noreste a doce kilómetros de la capital. Según las investigaciones, Valdés dio la orden de asesinar al poeta tras consultar por teléfono con el general Gonzalo Queipo de Llano quien respondió con una frase cifrada: “Dele café, mucho café”.
Federico García Lorca fue confinado en un cuarto de reducidas dimensiones ya derruido que contenía una mesa cuadrada, un sillón y un par de sillas. Allí fue visto por varias personas, entre ellas José Rosales. En la habitación, que daba al Jardín Botánico, permaneció un periodo de tiempo que, según las diferentes versiones de los investigadores, osciló entre las diez horas y los dos días completos.
La estancia de confinamiento, según la investigación presentada en marzo de 2018 por el historiador Miguel Ángel del Arco Blanco, estuvo situada a la altura del actual “departamento de Derecho Constitucional en la primera planta que da al Jardín Botánico. Sería una habitación de unos cuatro metros, rectangular, en la que había una mesa, dos sillas y un sillón. Era como un despacho y tendría una ventana enrejada”.
Cuando Lorca y sus acompañantes, entre ellos Miguel, uno de los hermanos Rosales, llegaron al entonces Gobierno Civil aquella calurosa tarde de agosto, el comandante Valdés se encontraba en el frente.
Mientras Lorca permanecía bajo arresto, varios hermanos de la familia Rosales pusieron en marcha un laborioso, pero a la postre inútil, plan de liberación de Federico. Además de Miguel, que dio la voz de alarma, los primeros en llegar, al caer la noche, fueron los hermanos Luis (que venía del frente de Motril) y José Rosales, Pepiniqui, acompañados de otros falangistas como Cecilio Cirre.
Luis pidió la liberación de Federico e incluso firmó una declaración en la que justificaba su decisión de acoger al poeta en su casa, tras los violentos registros en la Huerta de San Vicente, y en la que recalcaba la inexistencia de denuncias contra él.
Esa noche del 16 de agosto, Luis tuvo un agrio enfrentamiento con Ruiz Alonso, el personaje que presentó previsiblemente la denuncia y puso en marcha la detención. Ambos se encararon en el Gobierno Civil. Según los testimonios, Luis Rosales le espetó: “¿Por qué te has presentado en casa de un superior sin una orden y has retirado a mi amigo?”. Ruiz Alonso repitió tres veces: “Bajo mi única responsabilidad”, a lo que Luis respondió: “Cuádrate y vete”.
El otro hermano Rosales, José, esperó el regreso del comandante Valdés y protagonizó con él otro serio enfrentamiento. Según su propia confesión, entró en el despacho a empujones y esgrimiendo una pistola.
Según la reconstrucción de José Luis Vila-San Juan en el libro García Lorca asesinado. Toda la verdad, José Rosales llegó a encañonar a Valdés en su despacho: “¿Tú has ordenado a Ruiz Alonso que entre en mi casa a detener a García Lorca?”, le preguntó. “Yo no he mandado a nadie a tu casa”, repuso Valdés. Lorca se hallaba en un despacho del piso principal. José fue el último de los hermanos que lo vio con vida. Cuando al día siguiente, tras lograr una orden de libertad, volvió al gobierno ya no estaba allí.
Esta versión contradice las sostenida por Ian Gibson y el periodista Gabriel Pozo.
Las horas o días que permaneció García Lorca en el Gobierno Civil son claves para establecer la fecha de su asesinato. Al menos hay tres teorías diferentes sustentadas por testimonios contradictorios.
Según la tesis de Molina Fajardo (corroborada por Miguel Caballero) García Lorca fue conducido a Víznar el mismo día de su detención y, por tanto, su fusilamiento se produjo la madrugada del 17 de agosto. Avalan esta hipótesis Luis y José Rosales y el propio Ruiz Alonso, además de una serie de personajes relacionados con la sublevación como Vicente Lara, integrante de la escolta de Valdés.
Por su parte, Ian Gibson (y antes que él Agustín Penón) sostiene que Lorca permaneció detenido hasta el día 18, por lo que su muerte se produjo en la madrugada del 19. Gibson se basa en las declaraciones de Angelina Cordobilla, una sirvienta de la familia Fernández-Montesinos que aseguró haber ido dos veces al Gobierno Civil a llevarle alimentos y tabaco. Al tercer día, le dijeron, ya no estaba. Cordobilla también asistió con sus visitas al alcalde socialista Manuel Fernández-Montesinos, que estaba en la prisión provincial y que fue ejecutado el 16 de agosto. Con posterioridad Gibson ha admitido que la detención de Lorca pudo durar solo un día y fuera trasladado el día 18 de agosto. Molina Fajardo, sin embargo, no da credibilidad al testimonio, por ser más numerosos los testimonios que sostienen la tesis del día 17.
Además, hay una tercera versión, sustentada por el periodista Gabriel Pozo que defiende que Lorca fue fusilado el día 18 y que se basa en una carta escrita por los familiares de Dióscoro Galindo, el maestro cojo de Pulianas que fue ejecutado con el poeta. En la carta uno de sus hijos precisa: “Pasadas cuatro horas de esa fecha, o sea a las dos de la madrugada del 18, vinieron y le dijeron que tenía que irse con ellos a prestar una declaración, que volvía enseguida. Y no volvimos a verlo”.
El historiador Del Arco Blanco, por su lado, sostiene que la habitación donde estuvo Lorca (de apenas cuatro metros cuadrados) no reunía las condiciones mínimas para mantener a una persona más allá de unas pocas horas. Además, agrega: “El Gobierno Civil era un espacio de tránsito, algo que reconoce Gibson. Allí no se celebraban juicios porque era una represión violenta y extrajudicial. Como mucho se le tomaba declaración a algún individuo y luego le llevaban a las tapias del cementerio o a Víznar. Torturaban a los que podían saber cosas, como líderes de partidos políticos y sindicatos, pero a Lorca no, que además fue acompañado por Rosales, un falangista importante. Por eso no estuvo en la habitación normal de los detenidos».
“El día 17 de por la mañana fui al Gobierno Civil a llevarle la comida al señorito Federico. Llevaba las cosas en un cesto. Solamente un termo con leche, una tortilla, un peacico de pan, tabaco y unos pañuelos (…). Pregunté por él y después de insistir le hicieron subir unas escaleras. Todo estaba muy vigilado, con hombres armados, como en guerra que estábamos. Me revisaron la tortilla que llevaba. El señorito no quería comer. Un hombre recuerdo que me dijo: `Qué lástima de hijo, qué lástima de padre´. Yo le ponía las cosas encima de una mesa. Lo único que había era eso, una mesa, un tintero, papel y una pluma. Federico no escribía. No tenía ganas de comer. Estaba muy bien vestido, con un traje flamante (…). Fui durante dos días. El 17 y el 18 (…). Cuando llegué de nuevo al Gobierno Civil, en la mañana del día 19, pregunté, me dijeron: `García Lorca ya no está aquí”. Pero subí a la habitación para recoger el termo y la servilleta que había llevado el día anterior. El señorito no había comido”.
(Entrevista a Angelina Cordobilla. Antonio Ramos Espejo.)- Miguel Caballero y Pilar Góngora. La verdad sobre el asesinato de García Lorca. Iberdaf. Madrid, 2007.
- Ian Gibson. Federico García Lorca. Biografía. Grijalbo. Barcelona 1989.
- Eduardo Molina Fajardo. Los últimos días de García Lorca. Plaza y Janés, 1983.
- Agustín Penón. Miedo, olvido y fantasía. Comares, Granada 2009.
- Gabriel Pozo. Lorca, el último paseo. Ultramarina. Granada, 2009.
- Antonio Ramos Espejo. García Lorca en Fuente Vaqueros. Diputación de Granada, 2006.
- Belén Rico. “Miguel Ángel del Arco Blanco apoya la tesis de Caballero sobre el asesinato de Lorca”. Granada Hoy, 2 de marzo de 2018.
- José Luis Vila San-Juan. García Lorca asesinado. Toda la verdad. Planeta. Barcelona 1975.
- Lugar Lorquiano
- Gobierno Civil 1933-1944
- Lugar actual
- Facultad de Derecho
- Dirección
- Duquesa, 18
- Web
- http://derecho.ugr.es/web/
- Datos de la Visita
El acceso trasero por la calle Duquesa a la actual Facultad de Derecho de la Universidad de Granada fue en su día la entrada principal al Gobierno Civil de Granada. El edificio está abierto durante el curso lectivo en horario de clases. El acceso a los patios interiores es libre.