La familia Lorca aprovechó las estancias anules en Lanjarón para recorrer parte de la Alpujarra. Visitaron Órgiva, Cáñar, Carataunas y Pitres, a veces con Falla y otros amigos.
Las visitas de Federico García Lorca a la Alpujarra no se limitaron a las poblaciones más cercanas a Lanjarón. También se internó por la Alpujarra profunda, entonces de más difícil acceso, buscando el contacto con paisajes aún más indómitos y bellos y con los desconocidos habitantes que vivían medio aislados en poblaciones casi inaccesibles.
Otro emplazamiento vinculado con la Alpujarra lorquiana es la población de Pitres, perteneciente hoy al municipio de La Tahá junto a Mecina Fondales y Ferreirola. La visita de Federico, acompañado de dos amigos, se produjo en la primavera de 1928. Los documentos que prueban la estancia son una carta destinada al poeta Jorge Guillén y dos fotografías en una de las cuales posa como un crucificado junto a un árbol despojado de hojas y, como fondo, las tapias de un cortijo de las que sobresalen las cabezas de un grupo de curiosos, quizá sus guías, junto a un asno amarrado.
En la carta a Guillén, fechada el 24 de marzo de 1928, un año antes de partir hacia Nueva York, Federico se interesa por su opinión sobre el primer número de la revista gallo: “¿Qué te ha parecido gallo? Dime. Hemos enviado un número especial para ti sin anuncio”.
Las fotografías que acompañan la misiva tienen mensajes independientes. En la primera, en el reverso, escribe: “Aquí estoy en lo alto de las Alpujarras donde fui con dos amigos. A mi lado están los guías. Es prodigioso el ambiente. Sierra Nevada no se ve nunca. ¿Cuándo iremos juntos por estos sitios? Se pierde la noción de Europa. ¿Qué es esto? Yo estoy muy serio en la foto porque rumio mi sorpresa”. El texto que acompaña la otra foto es una especie de aforismo sobre los pueblos de la España profunda.
Uno de los guías que acompañaron a Federico a la excursión de 1928 pudo ser, según el investigador Manuel Arredondo, Antonio Gallardo Rodillo, El Cojo Rosillo, un hombre “culto a su manera, bohemio y vividor” a quien Lorca conoció años antes en Lanjarón y que lo acompañó en algunas excursiones con la familia. El Cojo Rosillo, según la versión de Arredondo, fue fusilado, como Lorca, en las primeras semanas tras la sublevación contra la República en 1936. Un hermano suyo quemó todos los libros y recuerdos relacionados con Federico García Lorca.
Pitres ha cultivado el recuerdo de la visita de Lorca en 1928 y evocado las palabras con las que describió la población a su compañero de la Generación del 27, el poeta Jorge Guillén: “Aquí estoy en Pitres, pueblo sin voz ni palomas de la sierra. Crucificado en la Y griega del árbol”. El texto, y la foto correspondiente, lucen en una placa en una plaza de Pitres junto a un árbol que recuerda el de la imagen original.
Ya fuera desde Nueva York o desde Buenos Aires, García Lorca no olvidará la Alpujarra ni las recomendaciones para que su madre pase unos días en el Balneario por sus dolencias crónicas hepáticas:
“Que mamá no deje de ir a Lanjarón y que papá vaya también, que le sentará de perlas, porque si no nos van a tener que tocar el trigémino” (junio de 1929).
“No ceso de acordarme de que mamá tiene que ir a Lanjarón y es preciso que lo haga” (julio de 1929).
“A la fuerza, y si no ha ido o no va, será porque yo no estoy ahí, que soy verdaderamente un machacón para las cosas, pero si no ha ido, la responsabilidad de Conchita, Paco e Isabelita será grande si luego le da un cólico, y yo estaré indignado toda mi vida” (24 de septiembre de 1929).
“Mañana me dan una comida los granadinos del Círculo de Hijos de Lanjarón que me agrada bastante por ser ambiente popular pues ya estoy harto de comer en grandes palacios y con gente, aunque muy simpática, muy estirada” (Buenos Aires, 1933).
Veinticuatro bofetadas.
Veinticinco bofetadas;
después, mi madre, a la noche,
me pondrá en papel de plata.
Guardia civil caminera,
dadme unos sorbitos de agua.
Agua con peces y barcos.
Agua, agua, agua, agua.
¡Ay, mandor de los civiles
que estás arriba en tu sala!
¡No habrá pañuelos de seda
para limpiarme la cara!
(Federico García Lorca. Poema del cante jondo)
(Canción del gitano apaleado)- Arredondo Valenzuela M. García Lorca en Lanjarón. Un poeta y un paisaje, incluido en Lanjarón, paisajes del agua. Balneario de Lanjarón, 1999.
- Adoración Elvira Rodríguez y Fernando Rubio Muñoz. Lorca en el país de ninguna parte (Lanjarón-Alpujarra), 2017.
- Federico García Lorca. Obras Completas I y IV. RBA-Instituto Cervantes. Madrid, 2006.
- Isabel García Lorca. Recuerdos míos. Tusquets. Barcelona, 2002.
- Juan González Blasco. Órgiva. Hitos de su historia. Volumen II. Editorial Hermanos Gallego Hódar. Órgiva, 2001.
- Lugar Lorquiano
- Pitres
- Lugar actual
- Pitres
- Web
- http://www.turgranada.es/municipio/pitres/