Veintidós personajes desdoblados, angustiados por el tiempo, la frustración, el amor, el viaje interior, la esterilidad y la muerte habitan Así que pasen cinco años. Leyenda del tiempo en tres actos y cinco cuadros. El Joven, el protagonista, representa todo eso y los demás personajes lo simbolizan, explica Lorca sobre el tema de su obra en 1933. Y añade: “Es un misterio, dentro de las características de este género, un misterio sobre sobre el tiempo, escrita en prosa y verso”. El tiempo destruye todo: “Sobre la misma columna / abrazados sueño y tiempo, /cruza el gemido del niño, / la lengua rota del viejo”.
Una Mecanógrafa declara su amor a un Joven que no le corresponde porque está esperando que vuelva su novia ausente. Cinco años después va a su encuentro y descubre que su novia se ha fugado con un jugador de rugby. Entonces recuerda el amor de la Mecanógrafa, pero cuando va a buscarla ella le pide un plazo de cinco años para casarse con él. Vuelve a su casa y tras una partida de cartas con unos jugadores que aparecen, pierde el as de corazones y con él su vida.
Todo esto, en tres actos donde aparecen situaciones extrañas y personajes muy variados, simbólicos y que crean una atmósfera de delirio.
En vida del autor se empezó a preparar el estreno en la primavera de 1936. Bajo la dirección del propio Lorca, comenzaron los ensayos con el Club Anfistora. Se alargaba el proceso, Lorca no encontraba los actores adecuados y los acontecimientos de julio de 1936 truncaron el proyecto. “Dentro de cuatro o cinco años existe un pozo en el que caeremos todos”, escribe Lorca. Que la obra está llena de presagios fatales es un hecho. Del mismo modo que, como El público, entra de lleno en el “teatro imposible” lorquiano.
En julio de 1931 Federico García Lorca le escribe a Carlos Morla Lynch desde la Huerta de San Vicente. En la carta le propone hacer una lectura en Madrid, en casa de los Morla de la “nueva pieza de teatro” que estaba escribiendo. En sucesivas cartas lo mantiene al tanto del progreso de la obra. La lectura tiene lugar en otoño.
El manuscrito autógrafo presenta, al final del último acto, “Granada, 19 de agosto de 1931 – Huerta de San Vicente”. Como en el caso de El público, el manuscrito se lo regala Lorca a su amigo Rafael Martínez Nadal, quien lo reproduce en facsímil en 1979. Asimismo, se conserva la copia mecanografiada con correcciones de Lorca, la que se usó para los ensayos con el Club Anfistora. El Archivo García Lorca conserva seis páginas mecanografiadas.
Parte de la obra está formada por los recuerdos de las canciones populares de la larga infancia vivida por el autor en la Vega de Granada.
Vídeo resumen de la representación de Así que pasen cinco años. Centro Dramático Nacional.
Centro Dramático Nacional. El Lorca “irrepresentable”.