Bodas de sangre. Tragedia en tres actos y siete cuadros narra, en verso y prosa, la historia de una boda campesina. La Novia, uno de los personajes principales, aunque está a punto de contraer matrimonio, sigue enamorada de Leonardo Félix (único personaje del drama que lleva nombre propio, casado y enamorado de ella desde hace años). La familia de Leonardo es la culpable de la muerte del padre y del hermano del Novio. La madre de este no olvida. El día de la boda, la Novia y Leonardo huyen. La Madre y el Novio los persiguen: la honra se lava aunque sea con cuchillo. Leonardo y el Novio se matan entre sí. “Vecinas: con un cuchillo”, dice la madre mientras las otras, arrodilladas en el suelo lloran. Así termina la tragedia.
El 8 de marzo de 1933, seis meses después de la última lectura, la compañía de Josefina Díaz de Artiaga estrena la obra en el Teatro Beatriz. La dirigieron Eduardo Marquina y el propio Federico García Lorca. Su hermano Francisco, presente en los ensayos y en el estreno recuerda aquellos días en Federico y su mundo: “Constituyó el primer éxito de Federico como dramaturgo”. Pero el éxito total ha de esperar al estreno en Buenos Aires. La actriz Lola Membrives la lleva a escena en el teatro Maipo de Buenos Aires el 29 de julio del mismo año. El éxito arrollador hizo que se volviera a montar en el teatro Avenida, en la misma ciudad. Y Lorca acudió a presenciar el triunfo. Buenos Aires, Montevideo, Rosario y Córdoba. La unanimidad de la crítica es de destacar: “Pocas veces los cronistas teatrales porteños han estado tan unánimes en exaltar los méritos de una novedad extranjera”. La obra se repone en Buenos Aires (llegará a alcanzar las 150 representaciones), donde Lorca permanecerá desde octubre de 1933 hasta el año siguiente. Sin embargo, la reposición en Madrid a cargo de Membrives no alcanza el mismo éxito, algo similar al montaje que se hizo poco antes con la versión en inglés de la obra en Nueva York.
Primera representación de Bodas de sangre por Margarita Xirgu en Barcelona (22 de noviembre de 1935, Principal Palace). Ese año Federico García Lorca declara: “Se trata de un verdadero estreno. Ahora verán la obra por primera vez. Ahora se representa íntegra. Imaginaos que ya han colocado en los carteles el nombre real con que había bautizado la obra Tragedia”. Ahora el triunfo es total. Fue dirigida por Cipriano Rivas Cherif y el propio Lorca. El pintor José Caballero hizo los decorados y Lorca escogió e interpretó parte de la música. La crítica estuvo a su lado. María Luz Morales (La Vanguardia) escribe: “No es estreno de Bodas de sangre en Barcelona. Mas la calidad de esta representación que a la obra le ha dado la colaboración de García Lorca y Rivas Cherif, con la de la interpretación que de la madre (sic) hace Margarita Xirgu, honores de estreno se merece”. Bodas de sangre ha triunfado como Lorca quería, como tragedia. Y el autor es ya un artista consagrado internacionalmente.
Se publicó en vida del autor en Ediciones del Árbol, de la revista Cruz y Raya (dirigida por José Bergamín y con colofón del 31 de enero de 1936). El texto no recoge los retoques de la versión barcelonesa de 1936 y contiene algunos errores de copia. El manuscrito autógrafo de Bodas de sangre Lorca se lo regaló a Eduardo Ugarte (amigo y director de La Barraca) pero no ha aparecido. Guillermo de Torre manejó la copia que le había entregado Margarita Xirgu, lo que le otorga la mayor autoridad a su edición (Ed. Guillermo de Torre. Obras completas, Editorial Losada).
La obra se redactó a finales del verano de 1932 en la Huerta de San Vicente (Granada), en apenas veinte días… A primeros de septiembre Lorca le confiesa en Madrid a Santiago Ontañón que viene con una nueva obra y que la va a leer en casa de Rafael Martínez Nadal, lectura que repite el 17 de septiembre en casa de su amigo Carlos Morla Lynch. Sus hermanos Francisco e Isabel recuerdan en sus respectivos libros de memorias aquel verano en Granada, en la Huerta de San Vicente, con la música de fondo de Tomás Pavón y Bach.
En un principio Bodas de sangre estaba concebida como la primera obra de una trilogía a la que seguirían Yerma y Las hijas de Lot (esta última también llamada La destrucción de Sodoma).
Federico García Lorca conoció a través de la prensa el suceso ocurrido el 22 de julio de 1928 en Níjar (Almería): “Misterioso crimen en un cortijo de Níjar. Momentos antes de verificarse la boda, la novia se fuga con su primo para burlar al novio. Les sale al encuentro un enmascarado y mata a tiros al raptor”. “En escribir tardo mucho”, confesaría el dramaturgo. “Me paso tres y cuatro años pensando en una obra de teatro y luego la escribo en quince días… Cinco años tardé en hacer Bodas de sangre, tres invertí en Yerma. De la realidad son fruto las dos obras”.
Del primer estreno de Bodas de sangre Lorca se ocupó personalmente. Los decorados se inspiraron en los paisajes de los pueblos granadinos de Guadix y Purullena, paisajes de campo andaluz que el autor conocía y las viviendas típicas, las cuevas. No es de extrañar que la Novia viva en una, vivienda acomodada ya en aquella época. Es una tragedia andaluza en todos los aspectos.
El crimen fue en Almería (Artículo en El País). El cortijo del Fraile fue escenario hace 80 años de los sangrientos sucesos que inspiraron Bodas de sangre.
Ramos Espejo rastrea los sucesos que originaron los dramas de Federico García Lorca (Artículo en El País).
Representación de Bodas de Sangre dirigida por Jose Luis Gómez. RTVE. (Parte 1 y sucesivas)
Bodas de Sangre dirigida por Carlos Saura.