La casa de Bernarda Alba. Drama de mujeres en los pueblos de España comienza con los funerales del segundo marido de Bernarda Alba. Tras el desfile de vecinas que han venido a su casa a darle el pésame, Bernarda anuncia a sus hijas (20 años la menor, 39 la mayor. Todas solteras) un luto de ocho años. Solo Angustias, la primogénita y la única hija del primer marido (única heredera, por tanto), se prometerá con Pepe el Romano.
Pronto se inicia una lucha sorda entre Angustias, Adela (que se había convertido amante del Romano) y Martirio por el joven, mientras tejen, con ambiente asfixiante de calor, unos ajuares que ninguna está segura de llegar a ponerse. Cuando Bernarda se percata de la relación que mantiene su hija menor con Pepe, estalla una discusión en la que Adela se enfrenta a su madre con la verdad por delante, rompiendo su bastón. Bernarda pide un arma y sale a disparar a Pepe el Romano.
Tras haber escuchado el disparo, Adela cree que su amante ha muerto y se ahorca. Al final de la obra, Bernarda jura que acabará con Pepe, pone de manifiesto que Adela, su hija menor, murió virgen para guardar apariencias, y ordena silencio, como en el comienzo de la obra.
Se estrena en Buenos Aires el 8 de marzo de 1945, en el Teatro Avenida, por iniciativa de Margarita Xirgu. Intérpretes: Margarita Xirgu (Bernarda Alba), Antonia Herrero (Mª Josefa), Teresa Serrador (Angustias), Carmen Caballero (Magdalena), Teresa Pradas (Amelia), Pilar Muñoz (Martirio), Isabel Pradas (Adela), María Gámez (La Poncia), Luz Barrialo (criada), Emilia Milán (Prudencia), Teresa León (Mendiga), Susana N. López (Mujer 1ª), Aída Espí (Mujer 2ª), María López Silva (Mujer 3ª), Emilia López (Mujer 4ª) y Susana Canales (Muchacha). Santiago Ontañón hace los decorados, organiza los ensayos y cuida todos los detalles.
También en Buenos Aires, el mismo año, apareció la primera edición de la obra, en Losada, a partir de un apógrafo facilitado por Margarita Xirgu después de que se lo hiciera llegar a ella Julio Fuensalida. Habría que esperar a 1981, para que se publicara en España, en Alianza Editorial, un texto a partir de un autógrafo conservado en la Fundación Federico García Lorca. La edición la hizo Mario Hernández.
Parece ser que fue el manuscrito que el autor llevaba siempre consigo, en el que trabajó mientras estuvo refugiado en casa de la familia Rosales y que fue conservado escondido en un almiar para protegerlo de los registros del momento. Las diferencias entre ambos textos son solo de signos ortográficos, cambio de orden en algunas expresiones o sustituciones de unos términos por otros. El autógrafo parece que fue corregido por el autor con posterioridad a la creación del apógrafo.
En España, hubo grandes dificultades para leerla debido a la censura que impuso el régimen franquista. Se estrenó en el Teatro de Ensayo La Carátula de Madrid en 1950. Intérpretes: Amparo Reyes (Bernarda Alba), Antonia Herrero (Mª Josefa), Lola Gaos, Maruja Recio, Berta Riaza, Carmen Ferreira, María Luisa Romero, Consuelo Muñoz. Decorados de Enrique Ribas. Según la nota de prensa de ABC (miércoles 22 de marzo de 1950, pág. 21), “obtuvo un éxito rotundo. El selecto público que asistía a esta representación en la bella sala del P.M.M., escuchó la obra con conmovido interés y al terminar cada acto prodigó encendidas ovaciones, mientras las cortinas se descorrían reiteradamente.”
Estreno en otros idiomas: Teatro de los Campos Elíseos, París, 1945. La Maison de Bernarda Alba. Dirección: Maurice Jacquemont. Intérpretes: Madeleine Barbulée, Marthe Mellot, Silvia Monfort (Magdalena), Liliane Maigné, Odette Talazac, Germaine Michel, Jeanne Hardeyn, Annie Cariel.
Cuando la familia de Federico llegó a Valderrubio, entonces Asquerosa, vivió por un corto periodo de tiempo en la calle Ancha, hoy llamada Calle Real, enfrente de la casa de Frasquita Alba. Después se mudarían a la calle de la Iglesia, en el número 20, a una amplia casa de labor, hoy Casa-Museo del poeta.
La casa de Bernarda Alba está inspirada por completo en este pueblo de la Vega de Granada, Asquerosa (actualmente, Valderrubio). Aunque los habitantes del lugar cambiaron el nombre malsonante (Federico prefería utilizar el de Vega de Zujaira para localizar sus escritos), este no tiene nada que ver con la etimología de ‘asqueroso’, sino que deriva de acqua rosa.
Lorca recoge en su drama la forma de hablar de sus gentes, sus modismos, sus costumbres (los largos lutos, la vigilancia a los vecinos, los escándalos que se producían por cuestiones sexuales, la llegada de los segadores en verano, el calor…). Se muestran en esta obra y se denuncian las condiciones que todavía existían en el campo español, el poder y el abuso de los terratenientes (el padre de Federico era el único que tenía una forma de actuar distinta, más solidaria y más humana, de hecho, en el pueblo aún existe una calle que lleva su nombre, Don Federico), el caciquismo imperante…
Al final, cuando Adela rompe el bastón de Bernarda, se convierte en un momento realmente revolucionario. Adela rechaza un código del honor basado en el mantenimiento de las apariencias y en la creencia de que los hombres son superiores a las mujeres; reivindica su libertad sexual y la búsqueda del amor como salvación por encima de cualquier norma social o cualquier autoridad.
Habría que esperar a 1996 para ver estrenada la obra en Valderrubio donde sobre la obra, dado que estaba inspirada en parte en personajes auténticos, ha pesado el tabú. De hecho, la madre del poeta le pidió que cambiara el nombre de Frasquita, para evitar precisamente que la obra fuera tan mal recibida.
Representación de La Casa de Bernarda Alba. Centro Dramático Nacional. (Completa)