Conjunto de poemas escritos como homenajes de muy distinta índole. La primera, la Oda a Salvador Dalí es una poetización de la estética cubista, con la que Lorca no se termina de identificar, pero también es un canto a la amistad, al Dalí de la época de Cadaqués. Formalmente, es un intento de hacer una obra donde prevalezca la simetría, la objetividad y donde no haya sentimentalismo. Está influida por los presupuestos vanguardistas y por la estética de la claridad de Dalí, pero el texto no es una defensa de esta estética, es una defensa sobre todo de la amistad con el pintor y una invitación a este a que se deje llevar algo por la vida y la pasión.
La segunda oda, Soledad, es un homenaje a Fray Luis de León, escrita en liras, para celebrar el IV centenario del nacimiento del poeta. Aunque formalmente y temáticamente coincide con el texto de Fray Luis, la conclusión es distinta, el poema expresa desolación, no hay una soledad idílica, la única soledad posible es la muerte.
La Oda al Santísimo Sacramento del Altar canta el misterio eucarístico comenzando por una exposición y tratando después los tres enemigos del alma, el Mundo, el Demonio y la Carne. El poeta presenta una visión desolada y negativa de la civilización que nos recuerda a la de algunos poemas de Poeta en Nueva York.
Oda a Salvador Dalí: Revista de Occidente, Madrid, número 34, abril de 1926, pp. 32-58.
Soledad. Homenaje a Fray Luis de León: Carmen, Santander, número 3-4, marzo de 1928.
La Oda y burla a Sesostris y Sardanápalo y la Oda al toro de lidia quedaron inconclusas.
En 1982 se publica por primera vez como libro en Miguel García-Posada, Obras II. Poesía, 2, Akal.
El proyecto de libro empezó a madurar en 1924. El 3 de julio de 1924 está fechado Apunte para una Oda, antecedente de Soledad. Homenaje a Fray Luis de León. El primer gran poema del libro es la Oda a Salvador Dalí, que empezó a concebir en el verano de 1925 que pasó en la Vega de Granada (la familia ya había comprado la Huerta de San Vicente, pero aún estaban haciéndole reformas). En varias ocasiones el autor anunció el libro ya terminado como preparado para editarlo. En algún momento dijo que iría acompañado de imágenes. Como otros de sus libros anunciados, no se publicaría como tal en vida del autor.
En 1925 Lorca viaja a Cadaqués y a Barcelona. Este viaje y su amistad con Salvador Dalí serán el material biográfico del que se nutre su Oda. Durante 1926 sigue trabajando sobre esta, entre otros proyectos. Le da a conocer fragmentos a Dalí a través de sus cartas y éste protesta por no tener todavía acceso al poema completo.
La Oda a Salvador Dalí atrajo la atención de críticos extranjeros como Jean Cassou que el 1 de julio de 1926 lo alabó en el Mercure de France como manifestación de “un estado de ánimo completamente nuevo en España”. Cassou considera que esta nueva forma de hacer se extenderá en la poesía española y que el poema de Federico es una demostración o un manifiesto y recomienda que alguna revista francesa ofrezca la traducción completa. Federico se mostró muy satisfecho de estas palabras y decía que eran la prueba de que ya le hacían caso ¡incluso en París!
En su conferencia-recital del 8 de abril en Valladolid de 1926 leyó, entre otros textos, extractos de la Oda a Salvador Dalí. Era una época en la que siempre que podía aprovechaba en cualquier conferencia para hablar de Salvador, al que admiraba sinceramente. También tuvo un gran éxito recitando la Oda a Salvador Dalí en la quinta sesión del Cine Club Español, sesión llamada “Oriente y Occidente”, a principios de abril de 1929. La recitó, tras las películas que representaban a Oriente, esta oda y el poema Thamar y Amnón.
La Oda al Santísimo Sacramento está comenzada a principios de 1928 (carta de Lorca a Sebastià Gash en enero de 1928). Está compuesta, la mayor parte, en el verano de este año, en la Huerta de San Vicente, en plena crisis del poeta tras su relación con Emilio Aladrén (carta de Lorca a Jorge Zalamea, verano de 1928). Unos meses después entrega las dos primeras partes a la Revista de Occidente, dedicándoselas a Falla. El músico se encontró con el texto en la revista y le escribió una carta donde, aun agradeciéndole la dedicatoria, manifestaba sus diferencias con el autor respecto al tema expuesto.
Como el poema estaba incompleto, esperaba que el resto del poema cambiara su impresión. El 17 de septiembre terminará la Oda comenzada a principios de año, estando ya en Nueva York. Esta Oda fue leída en Cuba por el crítico Francisco Ichaso antes de una conferencia de Federico y la reacción de algunos fue de indignación.
Parece ser (al estar inconclusa es de difícil análisis) que en la Oda y burla de Sesostris y Sardanápalo, compuesta, en gran parte, durante el verano de 1928 en la Huerta de San Vicente, Lorca se enfrenta al tema del erotismo homosexual. Es posible que esconda referencias a la persona de Emilio Aladrén.
(fragmento)
EXHIBIT
Pange lingua gloriosi
corporis misterium.
Cantaban las mujeres por el muro clavado
cuando te vi, Dios fuerte, vivo en el Sacramento,
palpitante y desnudo, como un niño que corre
perseguido por siete novillos capitales.
Vivo estabas, Dios mío, dentro del ostensorio.
Punzado por tu Padre con aguja de lumbre.
Latiendo como el pobre corazón de la rana
que los médicos ponen en el frasco de vidrio.
Piedra de soledad donde la hierba gime
y donde el agua oscura pierde sus tres acentos,
elevan tu columna de nardo bajo nieve
sobre el mundo de ruedas y falos que circula.
Yo miraba tu forma deliciosa flotando
en la llaga de aceites y paño de agonía,
y entornaba mis ojos para dar en el dulce
tiro al blanco de insomnio sin un pájaro negro.
Es así, Dios anclado, como quiero tenerte.
Panderito de harina para el recién nacido.
Brisa y materia juntas en expresión exacta,
por amor de la carne que no sabe tu nombre.
Es así, forma breve de rumor inefable,
Dios en mantillas, Cristo diminuto y eterno,
repetido mil veces, muerto, crucificado
por la impura palabra del hombre sudoroso.
Cantaban las mujeres en la arena sin norte,
cuando te vi presente sobre tu Sacramento.
Quinientos serafines de resplandor y tinta
en la cúpula neutra gustaban tu racimo.
¡Oh Forma sacratísima, vértice de las flores,
donde todos los ángulos toman sus luces fijas,
donde número y boca construyen un presente
cuerpo de luz humana con músculos de harina!
¡Oh Forma limitada para expresar concreta
muchedumbre de luces y clamor escuchado!
¡Oh nieve circundada por témpanos de música!
¡Oh llama crepitante sobre todas las venas!