Neruda, Pablo (Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto)

Pablo Neruda

Poeta, diplomático afiliado desde 1945 al Partido Comunista, nacido en la ciudad de Parral (centro de Chile) el 12 de julio de 1904 con el nombre de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, que luego cambió legalmente por el del seudónimo. Es uno de los 26 autores del canon de literatura occidental elaborado por Harold Bloom. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1971 y murió dos años más tarde, supuestamente de un cáncer de próstata, en Santiago de Chile, exactamente el 23 de septiembre de 1973, doce días después del sangriento golpe de estado contra el presidente Salvador Allende. Posteriormente el cadáver fue exhumado ante la sospecha de que Neruda hubiera sido envenenado en los días que permaneció hospitalizado en medio de la represión criminal ordenada por Augusto Pinochet.

Sus poemas adolescentes integraron después su primer libro, Crepusculario. A partir de los 17 años empezó a usar el seudónimo de Pablo Neruda para evitar la reacción de su padre, que no quería tener un hijo poeta. En el Liceo de Temuco conoció a Gabriela Mistral y en 1921 se trasladó a Santiago donde escribió con avidez, publicó su primer libro y estudió Pedagogía en francés.

Neruda escribió: “Federico era el duende derrochador, la alegría centrífuga que recogía en su seno e irradiaba como un planeta la felicidad de vivir. Ingenuo y comediante, cósmico y provinciano, músico singular, espléndido mimo, espantadizo y supersticioso, radiante y gentil, era una especie de resumen de las edades de España”.

En 1927 inicia su carrera como diplomático en Birmania. Como cónsul de su país trabajó, entre otros destinos, en Ceilán y Singapur. A su regreso en 1933 publica una de sus obras más importantes, Residencia en la tierra. Ese año es nombrado cónsul en Buenos Aires donde coincide con Federico García Lorca que había viajado para el estreno de Bodas de sangre por Lola Membrives. El Pen Club de Buenos Aires preparó un homenaje a ambos escritores que aprovecharon para leer su célebre discurso al alimón dedicado a Rubén Darío “porque tanto García Lorca como yo, sin que se nos pudiera acusar de modernistas, celebrábamos a Rubén como uno de los grandes creadores del lenguaje poético en español”.

Pablo Neruda y Federico García Lorca.
Pablo Neruda y Federico García Lorca.

La amistad entre ambos se extenderá a los años siguientes con el nombramiento inesperado de Neruda como embajador en España en 1934. En Madrid conocerá a Alberti y a Miguel Hernández (“yo lo conocí cuando llegaba de alpargatas y pantalón campesino”), a Manuel Altolaguirre y José Bergamín, a Cernuda y a Aleixandre, a Jorge Guillén y Pedro Salinas, y a Maruja Mallo y Gómez de la Serna…

Altolaguirre le propone crear y dirigir una revista de versos, Caballo Verde para la Poesía, cuyo primer número, de los cinco que duró, apareció en 1935. En las entregas sucesivas la revista publicó el Adonáis de Shelley o la Fábula del Genil del poeta del Siglo de Oro de la escuela granadino-antequerana Pedro Espinosa (“¡cuánto fulgor despedían las estrofas áureas y esmaltinas del poema en aquella majestuosa tipografía!”). En sus páginas colaboraron además Federico, Cernuda, Aleixandre, Juan Ramón Jiménez y Alberti. El sexto número, dedicado al uruguayo Julio Herrera y Reissig (1875-1910), que debía aparecer el 19 de julio de 1936, no salió nunca debido a la Guerra Civil.

Ese día (Federico ya estaba en Granada para celebrar con su padre el día de la onomástica) Neruda había quedado con Lorca para asistir a un espectáculo en el Circo Price, pero no apareció. “Federico era el duende derrochador, la alegría centrífuga que recogía en su seno e irradiaba como un planeta la felicidad de vivir. Ingenuo y comediante, cósmico y provinciano, músico singular, espléndido mimo, espantadizo y supersticioso, radiante y gentil, era una especie de resumen de las edades de España”, rememora Neruda.

En unas anotaciones inéditas encontradas en 2017 a sus memorias, Neruda aborda la homosexualidad de Federico y recuerda la relación sentimental con Rafael Rodríguez Rapún. “¿Está el público suficientemente desprovisto de prejuicios para admitir la homosexualidad de Federico sin menoscabar su prestigio?”, se pregunta. Neruda entrevé una “manera española” para ocultar la tendencia sexual: “Esconder cuidadosamente esta inclinación personal de Federico. Hay mucho en esta actitud, de respeto al poeta asesinado. Pero también existe el tabú de lo sexual, la herencia eclesiástica del imperio y colonización española, la hipocresía decimonónica”.

En unas anotaciones inéditas encontradas en 2017 a sus memorias, Neruda aborda la homosexualidad de Federico y recuerda la relación sentimental con Rafael Rodríguez Rapún. “¿Está el público suficientemente desprovisto de prejuicios para admitir la homosexualidad de Federico sin menoscabar su prestigio?”, se pregunta.

Al conocer su asesinato escribe la Oda a Federico, y unos meses después, al comprobar que la República estaba siendo derrotada, publica España en el corazón, que muchos de los combatientes llevaron consigo al exilio y luego fueron requisados en la frontera con Francia.

Homanaje a Luis Cernuda en 1936.
Banquete ofrecido a Luis Cernuda (presidiendo la mesa) en Los Galayos, entonces Casa Rojo, el 29 de abril de 1936. Sentados, de izquierda a derecha: Eugenio Imaz, (sin identificar), Helena Cortesina, Manuel Fontanals (oculto tras Cortesina), Santiago Ontañón, María Antonieta Agenaar, Concha Méndez, La Argentinita y J. E. Morena Báez. De pie, de izquierda a derecha: Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Pablo Neruda, José Bergamín, Manuel Altolaguirre, María Teresa León y Víctor María Cortezo. / Foto: Fundación FGL

A partir de la experiencia de España, su activismo se multiplica. En 1939 es nombrado cónsul especial para la inmigración española en París donde gestiona el proyecto Winnipeg, el barco que llevó a 2.000 españoles a Chile. En su país funda la Alianza de Intelectuales de Chile. En 1945 es elegido senador y se afilia al Partido Comunista, lo que a la postre le cuesta el exilio durante varios años. En 1950 aparece el Canto general, regresa a Chile dos años después y recibe el Premio Lenin de la Paz.

En 1969 el Partido Comunista lo nombra precandidato a la presidencia de la República chilena, aunque opta por ceder el puesto a Salvador Allende. En 1971, mientras ejercía en París como embajador, es galardonado con el Nobel de Literatura. Dos años después, tras el golpe de Pinochet y la muerte de Allende, ya muy enfermo en su país, se retira a su casa de Isla Negra donde falleció.

 

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