POE_04-38

Muchos romances eran conocidos antes de su publicación, dado el carácter de juglar de Federico. Los recitó en la Residencia, en Barcelona (en el Ateneo, en 1925), en numerosas reuniones con amigos… y también publicó algunos en revistas (en la revista Litoral salieron a finales de noviembre de 1926 algunos romances que, debido a las erratas que contenían, provocaron el enfado de Federico y la devolución de otros tres manuscritos que había dado a Emilio Prados para su publicación y que este puso de nuevo en manos del poeta para que los corrigiera.

Un conocido crítico, Ricardo Baeza, lo invitaba en 1927 desde las páginas de El Sol, a propósito de la publicación de Canciones, a no demorar más la publicación de el Romancero, augurando que este libro supondrá su verdadera “entronización” como poeta. En general, se esperaba la salida del libro con impaciencia.