El 26 de marzo de 1933, en Buenos Aires, como fiesta de despedida de la ciudad, Lorca montaría el Retablillo de don Cristóbal (escrita en 1930) para sus amigos de allí, en función extraordinaria, en la entrada del teatro Avenida, de madrugada, con trajes y decorados de Fontanals y muñecos de Arancibia. Después habrá una representación en 1934 por parte de La Barraca, en España.
Aunque el Retablillo deriva de la Tragicomedia, recobra algunos rasgos de la farsa guiñolesca, de raíz tradicional, lejos de la forma dramática clásica de la versión primera, incorporando incluso al espectador en la dinámica de la escena y simplificando trama y número de personajes.