Después de uno de los actos de homenaje a Soto de Rojas, algunos socios del Ateneo subieron a la Casa de los Mascarones, la casa de Soto de Rojas, en el Albaicín, para inaugurar un azulejo conmemorativo dibujado por Hermenegildo Lanz, en el otoño de 1926. La Casa de los Mascarones se llama así por los dos mascarones que hay en la fachada. Ya no existe el jardín.